Argumento


Acto primero. En un lugar de Asturias, una noche de invierno, una familia compuesta por el abuelo, la madre, Telva (la vieja criada) y los tres nietos, hablan y cenan frente al calor de la chimenea. La tristeza está en el ambiente desde la muerte de la primogénita, Angélica. Esta desgracia hizo que la madre no aceptara las risas, la diversión y los juegos en su casa. No permite que nadie la olvide; tampoco su yerno, Martín. De repente, alguien llega a la casa; una joven y bella peregrina que se refugia en la casa del frío de la noche.

Acto segundo. Al abuelo le resulta familiar la cara de Peregrina y, asociando ideas, se da cuenta de que ella es la muerte, ya que siempre aparece cuando alguien va a morir. Ella lo confirma y aunque no está muy orgullosa de su cometido, confiesa que es su obligación. Había venido a buscar al joven Martín, pero como se durmió, no lo consiguió. El abuelo está asustado por su presencia pero ella le dice que su misión ha fracasado y que se marcha. Antes de irse llega a la casa Martín con una muchacha en brazos que ha intentado suicidarse tirándose al río, igual que Angélica. Peregrina se extraña porque ese suicidio debería cometerse dentro de siete lunas. La chica recupera el conocimiento y la dejan descansando en la habitación de la fallecida Angélica.

Acto tercero. Adela, que así se llama, se queda a vivir con la familia y esto supone la transformación de esta casa: vuelven las risas y la alegría, e incluso la madre recupera las ganas de vivir ya que, en parte, ha recuperado a su hija muerta. Es el día de la noche de San Juan y todos se preparan para ir de fiesta, cuando vuelve a aparecer Peregrina. El abuelo sabe que viene a llevarse a Adela, como había prometido. Mientras, Adela y Martín se declaran su amor mutuo, un amor imposible ya que Martín le confiesa que Angélica nunca se ahogó en el río; se fugó con su enamorado y él nunca fue capaz de confesar esta traición al resto de la familia.
Acto cuarto. Adela y Martín deciden asistir a la fiesta de San Juan, como despedida porque él se marchará por la mañana para trabajar fuera una temporada. Adela, sin embargo, piensa que es ella la que debe desaparecer y, sin decirle nada a Martín, piensa otra vez en el suicidio; pero Peregrina habla con ella y le dice que no lo haga, que no será necesario, que las cosas se arreglarán y que confíe en ella. Mientras todos están en la fiesta, vuelve Angélica, que tras ser abandonada por su amante, quiere recuperar su familia; pero se encuentra con Peregrina, que la disuade de su idea diciéndole que su sitio ha sido ocupado por otra y que la única salida que tiene es que nada cambie. Cuando aparece el cadáver de Angélica en el río comprendemos muchas de las palabras de Peregrina.

Aquí una presentación de los personajes

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